viernes, 25 de febrero de 2011

En serie de 3

Posiblemente esta sea la entrada más triste, y por lo tanto más corta, que jamás escriba. Puede que comente sobre algo mucho más divertido, interesante o chiflado, sin embargo estas dos últimas semanas han sido de esas que no quisieras que volvieran a pasar nunca. Así que sólo lo mencionare por que es malo ignorar las cosas y por que esta entrada tiene una especial dedicación.

En México hay muchos dichos y uno de ellos, nada agradable, es que las muertes no vienen de a una sino “en serie de tres”, por lo que puede que fallezca alguien y al poco tiempo ya estas de vuelta al panteón por otra victima de la Parca, pero ésta no conforme retorna a hacer de las suyas una ves más, en total tres muertes en poco tiempo. La cultura mexicana esta muy arraigada al culto a la muerte y esto lo podemos observar en el mes de Noviembre, pero no con ello se deja de percibir esa sensación de tristeza, enojo, pasividad e incluso resentimiento con la vida por haberse llevado de este mundo material a seres queridos, conocidos o mentores.

Fue así como a lo largo de estas dos últimas semanas llegue a experimentar varias sensaciones a causa de tres muertes seguidas. Se trataba de personas, si bien, no tan cercanas a mí pero que fueron fabulosas durante toda su vida y de las cuales siempre aprenderé y tendré presente. Estas personas fueron variadas: una joven y dos más viejas que debido a las enfermedades del cuerpo material terminaron su paso por este mundo. Ellos fueron: Efrén Marques, estupendo profesor de Derecho Internacional Privado del cual siempre conservaré sus consejos de superación en toda la vida, de siempre aspirar más y dar lo mejor de uno sin importar las criticas o el esfuerzo que tengas que dar para lograrlo, y por ello considero que es la muerte que más me indigna en estos momentos. No obstante, los otros dos fallecimientos me mantienen, por el contrario, más tranquila estas eran dos personas agobiadas por la enfermedad pero contentas de haber vivido al máximo, ellos fueron: Don Carlos Leyva (tío paterno) y Don Rafa (el vecino).

Por ahora solo me queda decir: “que descansen en paz” y nos vemos en la próxima vida.

1 comentario:

  1. Lamento mucho estas pérdidas, y ojalá no se vuelva apresentar algo similar en el futuro, pues enfrentarse a la muerte no es nada fácil, y menos cuando suceden varias en poco tiempo. Ánimo Karlita!!!

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